LAS BRUJAS Y EL FEMINISMO

Feas, solitarias, malas, envidiosas, con verrugas, gran nariz, escoba y poderes malignos. Las brujas son las que les hacen la vida imposible a las princesas por codiciar su belleza, su reino o su príncipe. Afortunadamente, ya todas sabemos que esas «brujas» en los diferentes momentos de la historia fueron mujeres de carne y hueso a las que difamaron, persiguieron y quemaron en la hoguera con el cuento –sin hadas madrinas– del demonio o del hechizo.

La historia de las brujas es tan larga como la historia de la humanidad porque, al fin y al cabo, hablamos de la historia de las mujeres. Pero podemos comenzarla en la Edad Media. Las verdaderas brujas eran mujeres generadoras de conocimiento. Ya sabéis que no se nos permitía alimentar nuestro intelecto, por lo que cualquier mujer libre-pensadora y empoderada era sinónimo de tener alianzas con las fuerzas malignas. Muchas mujeres de entonces plantaban hierbas medicinales y se convirtieron en curanderas, enfermeras y parteras. Ya tenían conocimientos sobre la fertilidad, el aborto o la sexualidad.

La “caza de brujas” tuvo lugar a finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna. La peste negra invadió Europa y se calcula que murió un 30% de la población. La Iglesia predicó entonces la procreación sin límites como un deber ante Dios. Las mujeres quedábamos relegadas solo al ámbito doméstico, y las curanderas y enfermeras eran acusadas de brujería por intentar curar el cuerpo y el alma, ese poder estaba reservado solo a Dios.
Pero esta cacería no solo surge de creencias religiosas, sino de la necesidad de instalar un nuevo orden social y económico. El capitalismo va imponiendo la división sexual del trabajo. Las mujeres quedan recluidas al hogar con el único deber de la procreación, sometiendo su cuerpo al control del Estado. Este sometimiento de su sexualidad buscó criminalizar a toda aquella que anhelaba tener el control de su cuerpo o ayudar a otro cuerpo. Se llegó al menos a sesenta mil ejecuciones, aunque muchas no se no se registraban.

Fue el movimiento de liberación de la mujer de los años 70 el que reavivó el interés por la caza de brujas, al darse cuenta de este proceso histórico de persecución que dio lugar a una mujer sometida, recluida al hogar y sumisa. Estas feministas fueron quienes se identificaron con el destino de las brujas como mujeres que fueron perseguidas por luchar contra lo establecido.

El feminismo le ha dado la vuelta al estigma machista de las brujas, visibilizando la realidad: que se trataba de mujeres libres, poderosas y sin miedo a explorar y potenciar sus propios poderes y sus habilidades.

ESTEREOTIPOS EN LOS OFICIOS

Si hay algo que en el subconsciente tenemos construido, es que hay oficios para chicas y oficios para chicos. Y nada más lejos de la realidad!!!
Por suerte, las ideas están cambiando. Aquí os dejamos un par de vídeos de experimentos en colegios sobre este tema. Qué pensáis?????


Bonita historia para hacernos ver que los conflictos pueden solucionarse sin violencia, represalias y…hablando!!!!

Cuando una mujer de cierta tribu de África sabe que está embarazada, se interna en la selva con otras mujeres y juntas rezan y meditan hasta que aparece la canción del niño. Saben que cada alma tiene su propia vibración que expresa su particularidad, unicidad y propósito. Las mujeres entonan la canción y la cantan en voz alta. Luego retornan a la tribu y se la enseñan a todos los demás. Cuando nace el niño, la comunidad se junta y le cantan su canción. Luego, cuando el niño comienza su educación, el pueblo se junta y le canta su canción. Cuando se inicia como adulto, la gente se junta nuevamente y canta. Cuando llega el momento de su casamiento, la persona escucha su canción. Finalmente, cuando el alma va a irse de este mundo, la familia y amigos se acercan a su cama e igual que para su nacimiento, le cantan su canción para acompañarlo en la transición. En esta tribu de África hay otra ocasión en la cual los pobladores cantan la canción. Si en algún momento durante su vida la persona comete un crimen o un acto social aberrante, se lo lleva al centro del poblado y la gente de la comunidad forma un círculo a su alrededor. Entonces le cantan su canción. La tribu reconoce que la corrección para las conductas antisociales no es el castigo; es el amor y el recuerdo de su verdadera identidad. Cuando reconocemos nuestra propia canción ya no tenemos deseos ni necesidad de hacer nada que pudiera dañar a otros. Tus amigos conocen tu canción y te la cantan cuando la olvidaste. Aquellos que te aman no pueden ser engañados por los errores que cometes o las oscuras imágenes que muestras a los demás. Ellos recuerdan tu belleza cuando te sientes feo; tu totalidad cuando estás quebrado; tu inocencia cuando te sientes culpable y tu propósito cuando estás confundido. No necesito una garantía firmada para saber que la sangre de mis venas es de la tierra y sopla mi alma como el viento, refresca mi corazón como la lluvia y limpia mi mente como el humo del fuego sagrado.
Tolba Phanem. Mujer, poeta africana.