DESMONTANDO EL PATRIARCADO es una campaña de sensibilización contra la violencia de género dirigida a jóvenes en la que desmontamos los falsos mitos del patriarcado acerca de la igualdad, el feminismo y la violencia de género.
¡Que no te re-líen con falsos mitos! ¡Súmate a la campaña y participa! #desmontandoelpatriarcado
Conoce los falsos mitos del patriarcado, pon a prueba tus conocimientos sobre igualdad y participa en el concurso de posts publicando mensajes en tus redes sociales. Podrás ganar interesantes premios. ¡Entra y comparte!
Un proyecto de Colaboratorias subvencionado por el Ayuntamiento de Sevilla a través del Área de Igualdad, Juventud y Relaciones con la Comunidad Universitaria.
¿Qué es el patriarcado? El patriarcado es un modelo de organización social que da privilegios a los hombres sobre las mujeres. Es un sistema que han desarrollado históricamente todas las culturas a lo largo y ancho del planeta, que distribuye de manera desigual el poder económico, político y social en función del sexo, y que además se presenta como si fuera la única forma de organización social posible. Es un modelo androcéntrico, es decir, que sitúa al hombre como centro y medida de todas las cosas, y presenta a la mujer como la alteridad, como lo otro, lo diferente, lo que no es estándar. Por eso aceptamos que el término hombre sirva para designar a toda la humanidad o que el masculino se considere «lenguaje neutro».
El sistema patriarcal está en la base de las desigualdades entre mujeres y hombres, y es el conjunto de valores y creencias en el que nos han educado. A veces cuesta verlo, porque es algo que tenemos muy arraigado, lo hemos interiorizado y normalizado.
Las sociedades patriarcales asignan diferentes tareas a las personas en función de su pertenencia a uno u otro sexo: a las mujeres se les confiere un rol reproductivo, ligado al cuidado de la familia, al sostenimiento del hogar y al espacio privado, y a los hombres un rol productivo, el del trabajo remunerado, el espacio público y la toma de decisiones. Es la división sexual del trabajo, que hace un reparto de roles en función del género poco o nada equitativo y provoca la dependencia de las mujeres respecto de los hombres.
La forma como esperamos que se comporte una mujer y como esperamos que se comporte un hombre son construcciones sociales, como creer que las mujeres son más cariñosas, que todas desean ser madres o que los hombres tienen un impulso sexual irrefrenable. Muchas de las cosas que hacemos y de las decisiones que tomamos, que creemos que hacemos y decidimos libremente, están influidas por la ideología patriarcal.