El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha sentenciado que la ley federal que prohíbe los despidos considerados discriminatorios, por ejemplo por razones de sexo, cubre también a la orientación sexual, lo que supone una simbólica e inesperada victoria para el activismo LGTBI en el país norteamericano. El Supremo, de mayoría conservadora tras los últimos nombramientos, ha avalado las sentencias de instancias inferiores y ha interpretado que, de acuerdo a la Ley de Derechos Civiles de 1964, un trabajador no puede ser despido por su orientación sexual, algo que ya contemplan expresamente 21 estados.