Hoy, primero de octubre de este tan extraordinario e intimidante 2020, estamos de celebración. Casi 90 años hace desde que las mujeres, gracias a la lucha de la diputada Clara Campoamor, obtuvimos el derecho a voto. Una fecha señalada, y mucho camino aún por recorrer.
«Cuando tuvísteis el poder, pudísteis transformar el mundo. Si no cumplísteis con el que debía ser vuestro mandato de conciencia y os aliásteis con los poderosos y servísteis de corte al trono, ¿cómo podéis quejaros ahora de que nosotros recojamos esa bandera olvidada y caída y tratemos de levantarla para instaurar de una vez lo que no es la caridad, lo que no es la piedad, sino lo que es el deber de ternura hacia los hermanos en todos los órdenes y en todas las esferas?»
Corría el año 1931 y, por ridículo que parezca, Campoamor había sido elegida parte del Congreso de los Diputados y, sin embargo, no podía votar. Tres eran las diputadas que formaban parte de este organismo, pero ella fue la única que luchó valientemente por los derechos de todas.
«Yo, señores diputados, me siento ciudadano antes que mujer, y considero que sería un profundo error político dejar a la mujer al margen de ese derecho, a la mujer que espera y confía en vosotros; a la mujer que, como ocurrió con otras fuerzas nuevas en la revolución francesa, será indiscutiblemente una nueva fuerza que se incorpora al derecho y no hay sino que empujarla a que siga su camino», defendía Campoamor ante sus compañeros.
«Negadlo si queréis; sois libres de ello, pero sólo en virtud de un derecho que habéis detentado, porque os disteis a vosotros mismos las leyes; pero no porque tengáis un derecho natural para poner al margen a la mujer», concluía en un discurso perfectamente válido a día de hoy, cuando por suerte, no tenemos que pelear por nuestro derecho en las urnas, pero sí que hacer frente a muchas otras batallas.
Después de sus palabras, Clara Campoamor recibió una gran ovación por parte de sus colegas. No de todos, el sufragio femenino se consiguió por tan solo una ventaja de 30 votos a favor (161 votos a favor y 121 en contra), lo que suponía que la mitad del Congreso estaba en contra, entre los que se encontraban las otras dos diputadas Victoria Kent y Margarita Nelken.
La sociedad española está en deuda con la gran Clara Campoamor y tantas otras tan valientes y lúcidas mujeres que se dejaron literalmente la piel por construír un mundo mejor y más justo.