17 de mayo: Día Internacional contra la homofobia, la transfobia y la bifobia.

Según la web de la ONU de la campaña «Libres e iguales»: «En más de un tercio de los países del mundo, las relaciones amorosas consensuales entre personas del mismo sexo se consideran delito, lo que exacerba prejuicios y expone a millones de personas a ser chantajeadas, detenidas o encarceladas. En muchos países las personas transgénero son obligadas a someterse a tratamiento médico, son esterilizadas o se les imponen unas condiciones muy duras para que se reconozca legalmente su identidad de género. Los niños intersexuales a menudo son sometidos a operaciones quirúrgicas innecesarias que acarrean un sufrimiento y un dolor físico y psicológico terrible. En muchos casos, la falta de protección jurídica adecuada, junto con las actitudes hostiles de la población, llevan a una discriminación generalizada contra las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales, que se manifiesta en el despido de trabajadores, el acoso de estudiantes y su expulsión de los centros de enseñanza y la denegación de servicios de salud esenciales».

JUSTICIA Y PROTECCIÓN PARA TODOS

Muchos damos por sentado el trato justo y la protección contra la violencia y el abuso. Sin embargo, para millones de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI), la justicia dista de estar garantizada. A nivel mundial, en demasiados países se mantienen leyes anticuadas o represivas y se demora en los avances o se rechaza voluntariamente el progreso hacia la igualdad de las personas LGBTI.

PERSONAS TRANS

Todo el mundo sabe perfectamente cuál es su género. La identidad de género de la mayoría de las personas coincide con el sexo que se indicó en su certificado de nacimiento cuando nacieron. Sin embargo, a algunas personas les asignaron un sexo que no se corresponde con quienes realmente son. Esto es lo que se suele llamar ser “trans” o “transgénero”. También tiene otros nombres, muchos de ellos con hondas raíces culturales e históricas, como hijra, tercer género, two-spirit, travesti, fa’afafine, transpinay, transpinoy, muxe, waria y meti.

Ser trans no tiene nada de malo: es una manifestación más de la gran diversidad de la naturaleza humana. Las personas trans forman parte esencial de las comunidades y culturas, y así ha sido a lo largo de la historia. Sin embargo, en un mundo donde abundan las opiniones negativas y no siempre hay suficiente información sobre el tema, muchas personas trans sufren hostilidad, discriminación y violencia, simplemente por ser quienes son.

Las personas trans corren un riesgo mucho mayor de sufrir acoso y agresiones y de ser asesinadas. Cuando los medios de comunicación y los líderes comunitarios y políticos tratan el tema con un tono incendiario, el entorno se vuelve aún más hostil. Esta hostilidad hacia las personas trans muchas veces llega a codificarse en leyes que les prohíben ejercer derechos básicos.

Por ejemplo, en la mayoría de los países las personas trans no pueden ver su identidad de género reconocida en sus documentos de identidad oficiales, como pasaportes, licencias para conducir y tarjetas de identidad. En los relativamente pocos lugares donde sí se puede reconocer, las condiciones suelen ser terribles, como la esterilización y el divorcio forzoso. Sin documentos de identidad adecuados, las personas trans quedan excluidas de muchas actividades cotidianas, desde abrir una cuenta bancaria o solicitar empleo hasta alquilar una vivienda o viajar a otro país.

Vivir la vida abiertamente, mostrando la propia identidad, es algo que la mayoría de la gente da por sentado, pero en el caso de las personas trans puede ser muy peligroso. Vivir con autenticidad, algo tan sencillo como ser visibles, requiere un valor enorme. Sin embargo, cada vez son más las personas trans que se dejan ver en nuestras comunidades, en los medios de comunicación y en la vida pública, con lo que cada vez se sabe más sobre el tema y las actitudes están cambiando. Esto es esencial para garantizar los derechos fundamentales de las personas trans.

Es hora de dejar de denigrar a quienes son diferentes. Es hora de defender los derechos de la comunidad trans. ¡Ha llegado el momento de celebrar la visibilidad trans!

TODOS SOMOS LIBRES E IGUALES EN DERECHOS

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”: así lo afirma el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. O, por decirlo de otro modo: todos gozamos de los mismos derechos humanos inalienables. Tú, yo, todos nosotros, sin excepciones.

No obstante, para muchos de nosotros esta hermosa promesa de la Declaración Universal no se cumple en la realidad de nuestra vida cotidiana. En todo el mundo, las personas se enfrentan a violencia, estigma y discriminación, ya sea por el color de su piel, porque viven con una discapacidad, por su edad, su género, sus convicciones, o porque son gais, lesbianas, bi, trans o intersex.

La Declaración Universal está inspirada en la profunda convicción de que otro mundo es posible. Pero solo es posible si nos mantenemos unidos; si todos y cada uno de nosotros insistimos en que nuestra libertad depende de la libertad de los demás, y en que nadie será libre hasta que todos lo seamos.

Es posible lograr un mundo libre e igualitario. ¡Ayúdanos a correr la voz!

PERSONAS BISEXUALES

Las personas bisexuales, a menudo llamadas “bi”, son personas que se sienten atraídas emocional, romántica o sexualmente hacia personas de más de un género. Las personas bi sufren muchos de los mismos abusos que los homosexuales y las lesbianas, incluida la criminalización y la discriminación generalizada. También tienen que lidiar con un conjunto adicional de estereotipos negativos, incluidos los mitos de que ser bi es una fase o que las personas bi son promiscuas, están confundidas o simplemente buscan atención. Algunas personas creen erróneamente que las personas bi no sufren violaciones porque pueden «elegir» estar en relaciones que serán percibidas como heterosexuales. Como resultado, la mayoría de las personas bi temen “salir del armario”, incluso con sus familiares y amigos más cercanos.

Ninguna de estas suposiciones es verdadera. Las personas bi no son más o menos sexuales que otras personas, y son igualmente capaces de amar y comprometerse. Los conceptos erróneos comunes sobre la bisexualidad, incluso entre algunos gays y lesbianas, dejan a muchas personas bi sintiéndose incomprendidas, aisladas y en riesgo de abuso. Las personas bi, y especialmente las mujeres bi, experimentan tasas de violencia desproporcionadamente altas, incluyendo violación. También tienen un mayor riesgo de intimidación, falta de vivienda, depresión y pensamientos suicidas.

El hecho es que las personas bi sólo quieren las mismas cosas que los demás: amor y apoyo de sus familiares y amigos, y respeto de todos los demás.

Las Naciones Unidas te piden que defiendas los derechos humanos de las personas bi. Muestra tu apoyo:

PERSONAS INTERSEXUALES

Las personas intersex nacen con características sexuales que no se ajustan a las definiciones típicas del sexo masculino y sexo femenino.

En muchos países, los niños intersex son sometidos a diversas cirugías y tratamientos con el fin de tratar de cambiar sus características sexuales y apariencia, causándoles dolores físicos, psicológicos y emocionales terribles – y violando sus derechos.

¡Los niños intersex no necesitan ser “corregidos”, ellos son perfectos tal y como son!

Las Naciones Unidas instan a los gobiernos y a los padres a proteger a los niños intersex de estos abusos. ¡Ayúdanos a proteger sus derechos!

 

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